El valor de preguntar: Cómo las preguntas impulsan el crecimiento profesional
Introducción
Todos hemos estado ahí: en medio de un problema técnico, frente a una pantalla llena de errores, sintiendo la presión de encontrar una solución por nuestra cuenta. Recuerdo un momento en el que me encontraba trabajando en un proyecto, y al no saber cómo resolver un problema, sentí que debía preguntarle a un compañero con más experiencia. Sin embargo, una parte de mí se resistía. Me preguntaba si pensarían que no era lo suficientemente bueno o que debería saberlo ya. Al final, reuní el valor para preguntar, y lo que obtuve no fue solo una respuesta, sino una lección invaluable: nadie sabe todo, pero todos pueden aprender si se atreven a preguntar.

1. Por qué es importante hacer preguntas
Preguntar no es solo resolver una duda puntual, es abrir la puerta al aprendizaje continuo. En la industria del desarrollo de software, donde las tecnologías avanzan rápidamente, quedarse con una duda puede frenar tu crecimiento. Las preguntas son el puente entre el “no sé” y el “ahora lo entiendo”. Además, demuestran interés, ganas de mejorar y humildad, cualidades esenciales para el crecimiento profesional.

2. Derribando el miedo a preguntar
El miedo a preguntar nace de la idea de que otros podrían juzgarnos o pensar que no somos competentes. Sin embargo, esto no podría estar más lejos de la realidad. Los compañeros más experimentados no esperan que lo sepas todo, sino que estés dispuesto a aprender. Recuerda: incluso los mejores programadores empezaron desde cero y aprendieron gracias a sus propias preguntas.
3. Las preguntas como motor de innovación
La tecnología avanza porque alguien, en algún momento, se atrevió a preguntar: ¿Y si hacemos esto de otra manera? Cuestionar el status quo no solo resuelve dudas, sino que abre la puerta a nuevas ideas y soluciones. Los equipos más innovadores son aquellos que fomentan un ambiente donde preguntar es visto como una fortaleza, no una debilidad.

4. Consejos para hacer preguntas efectivas
• Prepárate antes de preguntar: Investiga un poco sobre el problema para formular una pregunta más específica.
• Sé claro y directo: Explica qué estás intentando hacer y dónde te quedaste atascado.
• Elige el momento adecuado: Asegúrate de que la persona a quien preguntas tiene tiempo para ayudarte.
• Escucha con atención: Las respuestas no solo resuelven dudas, también te enseñan.
Conclusión
Preguntar no es un signo de debilidad; es una demostración de valentía y ganas de crecer. Cada vez que decides levantar la mano y expresar tu duda, estás invirtiendo en ti mismo y en tu desarrollo como profesional.
Consejo de JadrDev
“Las preguntas son la chispa que enciende la curiosidad. Nunca subestimes el poder de cuestionar, porque es ahí donde empieza el aprendizaje.”